
En la universidad de pensilvania han estudiado un fenómeno llamado " proceso de arrastre " con el ritmo de la voz y un buen manejo emocional sostienes el diálogo, libera los sentimientos, y la comunicación fluye en clima de serenidad y entendimiento. Con esta destreza superas desacuerdos, cotrolas ambientes pesados, unes voluntades, y estimulas un diálogo sin ataques, rico en apertura y tolerancia. Dice el investigador Frederick Erickson que la clave está en conservar la calma y cambiar el ritmo cuando la tensión sube y las personas se acaloran. Con un tono suave y sereno influyes en los demás y los llevas a un atmósfera de relax y comprensión.
Dos herramientas para esa comunicación empática son el plurarismo y la tolerancia, virtudes que cultiva aquel que en un museo observa una pintura desde distintos ángulos: se acerca al cuadro, mira con detenimiento, luego observa desde los lado y después se retira y aprecia en la distancia. asi descubre matices y facetas que de otro modo pasan desapercibidas. Es un excelente ejemplo de lo que logras en tu relaciones con una mente abierta y lejos de un reduccicionismo perverso. Eres holístico, palabra que habla de totalidad y te recuerda que nunca tienes la razón, sólo tu razón. Acéptalo y no te amarres a ningún partido credo o ideología, hipotecando tu libertad. Mira la realidad y la vida desde todos los ángulos, abarca la totalidad, valoras las diferencias y crea unidad.